¿Fanpage o Personal Page? He aquí la cuestión, como diría Shakespeare en un moderno Hamlet. A la hora de extender mi estrategia de branding personal a la red de redes hace tiempo que me acecha esta incógnita ¿mis amigos querrán ser mis fans? o, peor aún ¿tengo que aceptar a mis seguidores como amigos?
A este respecto pude escuchar a Javier Gosende hace unos días en Resetworking destacando, como principal ventaja de las fanpages de Facebook, la valiosa información que te ofrecen sus estadísticas; un factor nada despreciable, imprescindible incluso a la hora de medir la repercusión de tus acciones. Esto, unido a que las páginas de Facebook permiten actuar fuera de las propias fronteras de tu página como si de una persona física se tratara, pudiendo publicar comentarios e información en los muros ajenos, hace de las fanpages una opción más que recomendable.
Hasta aquí bien, ya casi me he decidido; ahora se me plantea otra duda ¿y si opto por las 2? ¿qué pasaría si mantengo mi página personal, utilizándola en un ámbito más reservado, y creo una fanpage,ex profeso, para impulsar mi estrategia de branding personal? Tras mucho cavilar, me parece que va a ser lo correcto, dado que mis contactos personales no tienen la culpa de que yo haya decidido dedicarme a esto del marketing online, ni han de soportar mis publicaciones sobre esta materia, ni tienen que convertirse en «fans», cuando a ellos lo único que les puede hacer gracia de mis actualizaciones es alguna foto que de vez en cuando cuelgo sobre el fin de semana, o para felicitarme el día de mi cumpleaños. Por tanto, respetaré el vínculo que nos une, a nivel personal, y mantendré nuestra relación como «amigos».
¿Y qué hago con esos «contactos profesionales» que se han ido colando en mi perfil personal? Pues para eso están las listas de Facebook, a las cuales los derivaré, limitando su acceso solo a algún tipo de información. Así aprovecharé también con ellos una gran ventaja de las páginas personales, el chat; que hasta el momento ya me ha servido para hacer algún que otro contacto muy productivo.
Cada vez que valoro la idoneidad de esta estrategia dual (fanpage + página personal), no puedo evitar acordarme del artículo que Óscar del Santo escribió al respecto. Así que, ejerciendo mi derecho a gestionar mis cuentas privadas a mi antojo, velando así por la calidad de la comunicación con mis amigos, a esos que, en su mayoría conozco «en carne y hueso», y evitando otros problemas que con gran acierto citas en tu escrito, como el spameo, que cada vez veo más en las cuentas que gestiono de mis clientes; derivando asimismo todo lo que puedan ser comentarios y opiniones estrictamente profesionales, al lugar que le corresponden. Por tanto, maestro, voy a seguir tus pasos.
Así que aquí te dejo el pantallazo de cómo comienza la andadura de mi Fanpage y, por supuesto, os animo a que te hagas fan.