Érase una vez una marca que, con el fin de obtener la mayor presencia online, decidió crear un perfil en el mayor número de redes sociales. Así, sin tener en cuenta sus recursos, personales ni económicos, optó por darse de alta en todas las redes sociales que se cruzaron por su camino, haciendo un total de 7:
Facebook. Cómo no, por algo es la reina de las redes sociales. Sus más de mil millones de usuarios no pueden estar equivocados. Así que, ni corta ni perezosa, se lanzó a abrir al público su muro y comenzar a coleccionar fans. Para ello, una de sus principales acciones consistió en un concurso, de un producto muy atractivo, con lo que se ganó un buen número de seguidores, a los cuales, por cierto, no volvió a ver.
Twitter. La plataforma de microblogging, que le permitía poder llegar a influencers y dar bombo a promociones y ofertas con mensajes de apenas 140 caracteres. No tiene que ser difícil conseguir followers; para eso existe una estrategia infalible, el #followback, ya la interacción la dejaremos para otro momento.
Google+. Aquí hay que estar, sí o sí, por algo es la red de Google, lo que implica tener un punto a favor de cara a SEO. En cuanto a la generación de contenido, Blancanieves pensó que con el mismo que hacía para otras redes sociales podría bastar, y aquí los seguidores no le preocupaban, dado que su principal objetivo era conquistar a la gran G.
Youtube, el reino de la imagen en movimiento. Se espera que en 2017 los usuarios consuman más contenido de vídeo que de ninguna otra naturaleza, por lo que es necesario crear un canal de Youtube. El siguiente reto es ofrecer contenido de calidad, para lo cual, de momento no hay presupuesto, pero esperemos que algún día lo haya. En principio, ahí se queda.
Pinterest. Una red social relativamente nueva, pero que enseguida se ha puesto de moda. Como Blancanieves quería estar a la última, no se lo pensó. Registró su nombre, y subió las fotos que ya tenía en Facebook, pero olvidó optimizar los tablones, incluir una url a cada uno de sus pins, con el fin de derivar a los usuarios a la página, o de crear un texto descriptivo para cada una de ellas; lo que habría reforzado su estrategia SEO.
LinkedIn: Un lugar hecho por y para profesionales, como ella. Así que ni corta ni perezosa registró su nombre, completó su perfil como buenamente supo, hablando de su formación, experiencia ay habilidades y además subió una foto donde ella se veía muy mona. Quedó contenta con el resultado, así ya todos la podrían encontrar y de seguro que le lloverían las invitaciones, solo hay que sentarse y esperar.
Foursquare, aquí y ahora. Pese a que su negocio no tenía ningún establecimiento abierto al público, le encantaba la idea de ser alcaldesa de su propio imperio, por lo que registró su empresa en esta red social para hacer check in cada día desde la mesa de su despacho, y regodearse con la satisfacción de dominar un estado.
En definitiva, Blancanieves tenía buenas ideas, y sobretodo muchas ganas de salir adelante, y aprovechar las redes sociales para realzar su empresa; pero cometió graves errores:
No contaba con un objetivo claro. En las redes sociales no se puede estar por estar, y ya el éxito vendrá solo. Todo lo contrario, hay que trabajar día a día y esforzarse por mejorar, mantener actualizados los perfiles y aportar contenido de calidad.
Sus acciones no atendían a una estrategia. Realmente no sabía qué hacer, solo se preocupó de estar, e intentar conseguir seguidores para la marca; aunque sin darles motivos para que siguieran a su lado, y todavía menos para que interactuaran con ella.
Intentó abarcar mucho más de lo que realmente era capaz. Es necesario que centres los recursos en aquellas redes sociales más relevantes para tus objetivos o tu negocio. De lo contrario, no conseguirás desarrollar tu presencia online correctamente en ninguna de ellas.
Se olvidó por completo de aportar valor. Pensó que con estar ahí sería suficiente, y nada más lejos de la realidad. Es necesario que des motivos para que te sigan, que demuestres que estás a la última y te preocupas por crear y ofrecer contenido de calidad.
No tuvo en cuenta que las redes sociales necesitan una actualización constante. Al poco tiempo, sus canales sociales aparecían vacíos, desatendidos, lo que empeoraba su imagen de marca y hacía huir a quienes en principio apostaron por ella.
Moraleja: Quien mucho abarca, poco aprieta ¿te ha pasado a ti? ¿conoces algún caso parecido al de Blancanieves?
Me ha encantado y me ha enseñado. Enhorabuena
Un saludo
Muchas gracias Mar, me alegro de que te haya gustado y te haya resultado útil